viernes, 19 de junio de 2009

Sosiego por ejemplo


Las dosis de coca-cola que últimamente me trajino no logran librarme de esta extraña indolencia que me invade desde aproximadamente el día de mi cumpleaños. No, huyo de simbolismos; no tiene que ver con el cumplir años. Prefiero pensar que una cierta paz se está asentando en mí, ese desasosiego por buscar culpas o comprender actitudes desaparece lentamente. Asumo que es una etapa nueva y más relajada espero, pero echo de menos a pesar de todo mi energía y entusiasmo, a veces muy pasado de rosca, pero entusiasmo al cabo. La pereza me acecha también: a veces dejo pasar las horas sin producir en cualquier sentido, léase estudiar, escribir o hacer la compra, nevera vacía como jamás ella misma puede creerse. Mis maratones en bici al lado del Manzanares por el anillo verde o los largos en la piscina son tan esporádicos como temidos y de hecho cuando me decido a recuperar el tiempo perdido, le echo un pelín más de intensidad de la necesaria: doctor, no medí mis fuerzas, lo sé, no me sermonee.
La constancia nunca ha sido mi fuerte. El calor y que Pedro me regalara las tres primeras temporadas de Six feet under bueno, supongo que también tienen un poco que ver en todo esto.






2 comentarios:

  1. Pst, yo he encontrado la panacea: hago bici estática y abdominales mientras veo seex feet under. Es como lo de tomarme dos copas de ron antes de hacerme la cera. Ni te enteras, oye.

    ResponderEliminar