Antes tenía otro blog. Comenzó en 2005 y expiró, él solito, en 2008. Se curró una entrada-resumen-del-año, aceptando un reto internetero de esos que ilusionan vagamente con que somos capaces de gustar y obtener plácemes de otros, un miniconcurso de aquellos, toma este tema, dame un post con estas condiciones, y esperó veredicto. Obviamente bastante mediocre. Digo que todo esto lo gestó mi propio blog, porque se sabía viejo y pasado en temas y nostalgias.
Como aún tenemos sueños, sin embargo, hemos lanzado a existir una productora entre tres ilusionados proyectantes, y un poco por azar del destino también se llama Ni lo sueñes. Con lo cual mi antiguo blog tiene menos sentido que nunca, de ahí que tampoco se deje actualizar. No lo cierro: quedan ahí mis relatos para quien quiera pasearse por ellos, bajo la etiqueta del mismo nombre.
Ni lo sueñes. Nada que se haga con autenticidad es mediocre. Opino.
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