- En los supermercados la media de edad de los clientes y paseantes supera los cincuenta. Están sorprendentemente vacíos, exceptuando Mercadona que no entiende de crisis. Hay más productos para probar y opinar. Los cajeros sonríen. Los charcuteros tararean canciones. Los pescaderos te comentan tertulias televisivas si pides dorada para hacer a la sal.
- Los obreros de las pocas obras que aún no tienen un ERE activo se gritan barbaridades de planta a planta con el casco puesto.
- En los parques públicos la tasa de nacionales sube al 350%. La de personas de edad superior a los 60, un 600%. Los pocos niños que pululan aburridos tienen cara de haber puesto el termómetro en la lámpara. Por si acaso su abuelita/su cuidadora les ajusta la bufanda y los guantes.
- El telemárketing y otras bicocas telefónicas se crece entre las 10:00 y las 14:30. Después paran para que hagas de comer. Después redoblan impulsos hasta la hora de salida de los colegios.
- El tráfico madrileño no es que cambie, es que es un ente con vida propia. Por lo tanto le importa un bledo que haya más gente sin trabajo, sus horas punta las lleva como un reloj.
- Sorprendentemente, el tiempo pasa mucho más rápido buscando trabajo que trabajando en sí. Renuncio a explicármelo y espero todavía que llegue el fin de semana.
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